PERSPECTIVAS
Las fronteras de la Comunicación

A qué se refiere Bezos con 'lujo'

Arraigada reflexiona en este vídeo del periódico uruguayo El Observador, sobre la revolución digital

  • No es nuevo en esto, lleva 18 años agitando un tsunami digital

  • Cree que la gente pagará por suscripciones a periódicos en tabletas

Sostiene que en las pantallas táctiles los lectores vivirán la experiencia del papel y sumarán las ventajas de lo digital

Jeff Bezos, lanzó esta semana dos nuevos modelos de sus tabletas Kindle Fire, y lo hizo sin el show de un teatro lleno de fans, como acostumbran a hacer los líderes de la nueva economía. Esta vez Bezos optó por dar entrevistas a varios periodistas del mundo de la tecnología. Y aunque no es común que hable con la prensa, cuando lo hace deja titulares. Uno fue hace un año, cuando en el alemán Berliner-Zeitung aseguraba que en 20 años más ya no existirían los periódicos impresos, excepto como un lujo para excéntricos.

Ahora, ya siendo dueño del Washington Post, confirma lo dicho y compara esos periódicos con el uso de los caballos. Está su lógica: desde que tenemos coches, el caballo, aunque se sigue usando, dejó de ser la forma común de transporte. Y lo dice con convicción. No fue un símil improvisado, más bien ha sido un mensaje planeado, que repitió una y otra vez a sus entrevistadores en el lanzamiento de las tabletas la semana pasada en Seattle.

Y es que Bezos no es nuevo en esto. Lleva 18 años agitando un tsunami digital que hizo que junto a otros, desatara la crisis de los periódicos en Estados Unidos. El mundo empezó a cambiar con Amazon, luego vino Google, después Facebook. De repente Internet era un servicio que todos necesitamos. Y con esto se habían desmantelado las bases del modelo de negocio de los periódicos. El resultado en dos ejemplos: hace solo un mes el NY Times vendió el mismo Boston Globe que compró por más de mil millones de euros en 1992 en 70 millones. En 1996, en los Estados Unidos, solo el 19% de los usuarios de computadores estaba conectado a Internet, mientras que en 2011 lo están 98%.

Y continuando con el culebrón, hace poco más de un mes Bezos paga por el Washington Post 190 millones de euros. La familia Graham reconocía no encontrar la forma de devolver al periódico sus años de esplendor: "con nosotros puede sobrevivir, pero el Washington Post debe poder tener éxito", afirmaban. Como es sabido Bezos pagó por quedarse con la plantilla de periodistas, quería mantener a los probados contadores de historias. Pero no compró los edificios, ni las prensas de esos periódicos. Tampoco pagó por el sitio informativo Slate, el intento diversificador de los Graham 100% digital.

Está claro que el sector donde invirtió Bezos, está metido en un zapato chino. Por un lado nunca antes la gente había estado tan conectada a las historias que los periodistas escriben. Gran parte de las conversaciones en las redes sociales giran en torno a estos contenidos, logrando personas conectadas 24/7. Pero por otro, la publicidad, ingreso vital para el sector de los periódicos, está en crisis. Hay saturación de mensajes y una audiencia a la que cada vez es más difícil vender productos con las fórmulas tradicionales de marketing.

Los periódicos sufren la caída de ingresos por publicidad en un modelo de negocio en el que el 70% de sus costos operativos están relacionados con la impresión y distribución de ejemplares de papel. Las empresas periodísticas hacen malabares probando todo tipo de ajustes. El mismo Post de los Graham, antes de venderse había reducido su plantilla periodística de 1000 a 640 personas. Pero igual siguieron perdiendo dinero.

Bezos por el contrario sabe lo que es tocar el éxito con las manos. Lo experimentó cuando en 2009 lanzó el Kindle, la primera pantalla digital móvil que revolucionó la venta de libros digitales. Después daría un doble salto con el software que permitía leer esos libros digitales en cualquier tableta o móvil, logrando una lectura de tanta calidad como Kindle y consiguiendo una experiencia equivalente a la del papel.

En la misma entrevista donde aseguraba que no les daba muchos años de vida a los periódicos de papel, afirmaba que tampoco creía en la venta de noticias digitales. Sin embargo apostaba a que la gente sí seguiría pagando por suscripciones de periódicos en tabletas.

El New York Times ya mostró resultados positivos al cobrar a los lectores con una política inteligente de muros de pago flexibles para sus páginas Web. Lo combina con una entrega de contenidos paginados en las pantallas táctiles. The Economist ha conseguido los mejores rendimientos de su historia con una apuesta radical: obtener la mitad de sus suscripciones en tableta. Esta semana acaban de definir su estrategia como "primero táctil y luego móvil".

Bezos sostiene que en las pantallas táctiles, como en las de sus Kindle Fire, los lectores vivirán la misma experiencia del papel, y sumarán las ventajas de lo digital. Con costos mucho menores que los de impresión y distribución, se da la posibilidad de complementar el "periódico" con contenidos interactivos además de fomentar la conversación social en directo.

No hay que olvidar que en el mundo del HTML, al que accedemos por los navegadores, los periódicos muestran cada noticia despiezada, y los usuarios no van más allá de leer un par de artículos. Sin embargo, en la propuesta de Bezos, la pantalla táctil deja que el contenido de un periódico digital se presente como un paquete completo. Esta es la clave de su apuesta. Tendrá los mismos temas informativos y publicitarios y no perderá sus señas gráficas de identidad. Es un producto al que puede aplicarse la sentencia de McLuhan: "la gente no lee los periódicos, sino que se mete en ellos cada mañana como en un baño de agua caliente".

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EDUARDO ARRIAGADA, periodista, es profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica chilena y se dedica a la consultoría de medios. Es autor del libro #Tsunami Digital, el nuevo poder de las audiencias en las redes sociales'