Comunicaciones y vida diaria
Vea cómo funciona Uber, la empresa fundada por Travis Kalanick.
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Uber cambiará el mundo de los taxis, como hizo Linkedin con el empleo
El servicio de la empresa ofrece, además de coches de lujo casi nuevos, detalles que sus promotores definen como elegantes
El que Pedro J. Ramírez me haya invitado a hablar con su equipo de Unidad Editorial sobre lo que viene en este agitado momento de turbulencias periodísticas durante dos años lo llevo como orgullo. Y también el que me animara a escribir cada semana en este periódico vespertino que es un buen ejemplo de sus convicciones sobre el periodismo que logrará imponerse.
Él mismo tituló Las fronteras de la Comunicación a esta columna, y me pidió que me resistiera a escribir de periodismo a periodistas, como era mi intención. Insistió en que tratara de hablar de los cambios que afectarán a la vida de los lectores tras el paso del #Tsunami digital que estamos sorteando.
La semana pasada ya les hablé de las "brillantes tecnologías" que son analizadas por Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee en el libro recién lanzado La Segunda era de las Máquinas. Lo disruptivo es cómo los frutos de esta nueva tecnología permean nuestro entorno cotidiano, mejorando drásticamente la calidad de la vida de casi toda la población, aunque paradójicamente se traduzca en menores ingresos para la mayoría. Lo vemos en la bajada de los sueldos por ejemplo.
Otro ejemplo ilustrador de lo que se nos viene es Uber. Se trata de un emprendimiento tecnológico surgido en Silicon Valley valorado en 2.500 millones de euros que según The Economist cambiará drásticamente el mundo de los taxis, como lo hizo Linkedin con el empleo.
Me parece especialmente relevante porque a diferencia de otras empresas tecnológicas, esta ofrece un servicio físico que aprovecha la interfaz digital del teléfono que casi todos ya tenemos a mano. Es interesante seguir su próxima expansión internacional que está siendo condicionada por los átomos del mundo real, incluso por innumerables y diferentes legislaciones nacionales, sindicatos y costumbres locales.
Uber, la empresa fundada por Travis Kalanick, acaba de cambiar el lema de la marca desde "el chófer privado de todos" a "donde la vida diaria se encuentra con la logística". Su consolidación pasará por estar presente en cientos de ciudades, cada una con sus variadas costumbres (algunas malas), legislaciones y culturas. Hoy ya está prestando servicios con sus conductores "asociados" en más de 69 ciudades y 26 países, lo que permite que la empresa, nacida en San Francisco en 2010, haya realizado mil millones de traslados en el 2013.
Su éxito: casi medio millón de personas le han confiado los datos sus tarjetas de crédito y usan su aplicación en el móvil. Pero más relevante es que actualmente se incorporan 80.000 clientes por semana. Imagínense lo que puede hacer una empresa de logística a partir de eso.
El gran desafío de Uber está en conseguir universalizar el sueño de su fundador, que promete que un viaje con ellos "debe ser mágico". Y lograr que conductores de cientos de ciudades se sumen invirtiendo en buenos coches y prestando con naturalidad un servicio superior al que da hoy un buen chófer de una empresa de turismo.
El fundador comentó en una entrevista que esperaba que cuando el negocio esté consolidado, cada coche integrado podrá vender 74.000 euros por año.
Conversé con varios conductores y es cierto que alguno mira con cierto recelo las condiciones de Uber, no terminan de dimensionarlo: "es que los americanos quieren que todos los mercados funcionen igual, no entienden que aquí somos muy distintos".
Los conductores tienen su percepción del concepto condicionada por lo bajo de las tarifas que están cobrando en el período de lanzamiento. En un viaje largo por una gran capital, el servicio "elegante" llega a ser un 30% más barato que los viejos e inseguros coches del sistema local de taxis de las calles.
"Queremos que crezcan como empresarios. Uber no es una empresa de transporte, es una empresa tecnológica que se asocia a ellos", me aclara Cruz Estin, uno de los encargados de lanzamientos en nuevos mercados de la empresa. Afirma que a pesar de su carácter global, Uber sigue siendo horizontal y transparente: "aunque sólo llevo meses dentro, ya he estado con el fundador varias veces".
En España el servicio todavía se ofrece, me explicó Sol Cruz Estin, que tras abrir las operaciones en Bogotá y Cali, acaba de hacer lo propio en Santiago de Chile. La empresa tuvo a París como su punta de lanza en Europa en el 2011.
Para el ejecutivo, la diferenciación de Uber está en la capacidad de los ingenieros, que no sólo son un lujo, sino que tienen una capacidad de reacción muy grande: "hace unos días informé de que en Chile no se usaban los códigos postales y en pocos días las aplicaciones del país fueron arregladas para que no fuera necesario llenar ese campo".
El foco tecnológico explica el éxito de la empresa: al abrir una aplicación muy limpia e intuitiva, el usuario solicita un coche. Antes de llamarlo puede elegir el modelo que le guste, incluso el chófer con foto y la nota promedio que le han dado otros clientes por sus servicios.
Además de estos datos, la aplicación informa sobre cuándo el coche estará en el punto de recogida. Uno aprieta el botón y empieza a ver en el mapa cómo el coche que pidió se va acercando. Así, cuando esté lo suficientemente cerca, valdrá la pena salir a su encuentro. Al bajar del coche, llega un mail con el detalle del viaje: direcciones, mapa, datos del chófer, hasta los kilómetros y el tiempo empleado.
El servicio que la empresa ofrece, además de coches de lujo casi nuevos, incluye detalles que sus promotores definen como elegantes: el conductor de traje oscuro se baja para abrir la puerta al cliente, una vez que se sienta se le ofrece una botella de agua sacada de una pequeña nevera. Una palabra clave en estos días, experiencia, resume las razones de la fidelidad de sus usuarios: comodidad, facilidad de uso, seguridad, no usar dinero en efectivo, "un momento sofisticado en medio del día".
Aunque hay muchas aplicaciones equivalentes en cada ciudad e incluso algunas están asociadas a los taxistas tradicionales, parece razonable pensar que si Uber mantiene un ritmo de innovación tecnológico que le permita consistentemente ofrecer una mejor oferta puede ser la opción común que estará en todas las ciudades por las que viajemos.
Sólo eso explica que medios serios hayan llegado a hacer comparaciones de la empresa con Amazon y Facebook. Por lo mismo no es extraño que hace unas semanas Google haya entregado 186 millones de euros al proyecto, sólo como inversión.
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EDUARDO ARRIAGADA es periodista y consultor de medios, trabaja como profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica chilena.